El Superpredador no es el enemigo
Greg Harlin via Chesapeake Bay Program. |
El poder del miedo
El tiburón blanco es el máximo representante del superpredador. Las características de este animal son material suficiente para sustentar todo un subgénero de películas de horror y suspenso, lideradas por la clásica película Tiburón. La imagen del este predador como el terror del océano ha sido perpetuada a lo largo del tiempo y sustentada por la gran difusión de noticias sobre ataques de tiburones. Sin embargo, la mala reputación del tiburón blanco le ha hecho más daño al animal que al humano. Es más probable que te caiga un rayo a que te ataque un tiburón blanco, pero el miedo irracional hacia este animal ha funcionado como justificación indirecta para ignorar o incluso aprobar la cacería masiva e indiscriminada de tiburones con propósitos tanto comerciales como recreativos. La cacería es la principal causa de muerte de los tiburones y la responsable de su declive exponencial. Otra causa de muerte común para los tiburones es atorarse en redes de pesca, ya que muchos pescadores evitan liberarlos por miedo a este los ataque a ellos o a la captura, y lo dejan morir.
Via Daily Mail. |
Via Two Oceans AQUARIUM. |
Hoy en día, el tiburón blanco, cuyo estatus de superpredador lo hace indispensable para su ecosistema, es considerada una especie vulnerable al peligro de extinción. Los esfuerzos actuales por salvar a esta especie incluyen la investigación y difusión de información bien fundamentada que desmienten mitos sobre el comportamiento de este animal, como la famosa Shark Week de Discovery Channel, una semana de programación dedicada a tiburones. Para mantener balanceado el ecosistema marino, es necesario cambiar la perspectiva respecto al tiburón blanco del miedo al respeto.
Un ecosistema sin superpredador
En una cadena alimenticia, los mesopredadores con animales que tienen presa y tienen predador. Por ejemplo: un mapache es presa de un coyote, y predador de una rata. Una hipótesis llamada "liberación del mesopredador" establece que al retirar al superpredador de una cadena trófica, se vive un brote del mesopredador, lo cual genera un desbalance en la cadena entera.
En 1986, entró en funcionamiento la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar en Venezuela, una presa que usaría el flujo del río Caroní para proveer de electricidad a gran parte del país. Al terminar de cerrar los portales, la presa generó una gran acumulación de agua que fue redirigida hacia una zona de bosque tropical. La nueva formación de agua inundó la zona y las puntas más altas del territorio se convirtieron en una serie de archipiélagos delimitados por un nuevo río, el Embalse de Guri. La nueva distribución de territorio resultó ser demasiado pequeña para grandes predadores. Es así como todo un ecosistema se quedó sin superpredadores.
En 1986, entró en funcionamiento la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar en Venezuela, una presa que usaría el flujo del río Caroní para proveer de electricidad a gran parte del país. Al terminar de cerrar los portales, la presa generó una gran acumulación de agua que fue redirigida hacia una zona de bosque tropical. La nueva formación de agua inundó la zona y las puntas más altas del territorio se convirtieron en una serie de archipiélagos delimitados por un nuevo río, el Embalse de Guri. La nueva distribución de territorio resultó ser demasiado pequeña para grandes predadores. Es así como todo un ecosistema se quedó sin superpredadores.
Al quedar libre de superpredadores, cada isla acogió a su propia comunidad de mesopredadores náufragos;
- Típicamente, el mono aullador es un animal social que convive en manadas de 3 a 7 monos liderados por un macho. Encarcelados en esta nueva isla, la densidad de estos mesopredadores se multiplicó por 50. Sin predadores pero con hambre, estos monos se convirtieron en criaturas aisladas, sin grupos coherentes, sin socializar y peleando por comida. Los árboles, afectados también por el alto consumo de los monos, evolucionaron para brotar hojas con cierto nivel de toxinas. Los monos aulladores dejaron de aullar.
- Las hormigas Atta se dedican a cortar hojas para hacer composta que les permite sustentar granjas de hongos. En muchos bosques tropicales, sus granjas no son grandes ni llamativas, y sus cosechas son mínimas. Sin embargo, la formación de las islas de Guri no son sustentables para los armadillos, el mesopredador de estas hormigas. Libres de riesgo, la recolección de hojas subió a un ritmo alarmante. Los árboles cosechados por las hormigas se convirtieron en cepas espinosas y sus raíces se convirtieron en granjas huecas de hongos. El bosque tropical se convirtió en un matorral espinoso reinado por hormigas.
Via Gfycat. |
Reacción en cadena
El lobo es un superpredador que ha sido temido desde tiempos antes de la colonización de América. Más que temido, sin embargo, ha sido odiado por ser la principal amenaza del ganado. Desde que los humanos empezaron a mantener rebaños de ovejas, el lobo ha sido un animal activamente cazado. En el parque nacional Yellowstone de Wyoming, EUA, la presencia del lobo gris era tanta inconveniencia para los ganaderos que en 1926 se estableció un Programa de Control de Predadores que erradicó al lobo por completo de la zona. Sin embargo, el lobo gris no solo es un superpredador, sino una especie clave. Esto quiere decir que todo su ecosistema depende de esta especie y su extinción no solo afecta sino que destruye su ecosistema por completo.
Via Tumblr. |
La protección de superpredadores se ha basado en las consecuencias negativas que han resultado del ataque constante a estas especies. Sin embargo, esta perspectiva no ha mejorado la reputación de los predadores ya que la principal motivación para proteger a estos animales ha sido evitar una catástrofe natural. ¿Qué pasaría si buscamos un enfoque positivo a la conservación de superpredadores?
El tigre siberiano es conocido como el anfitrión de la taiga. Su hábitat se extiende a través de los bosques templados de Rusia Oriental, la frontera de China, e incluso posiblemente Corea del Norte. Esta especie de tigre se encuentra en peligro de extinción. Mientras que el animal en sí es cazado por deporte y para obtener elementos de medicina tradicional china, su hábitat se ve amenazado por la tala de árboles y destrucción forestal. Sin embargo, la gran extensión territorial que este animal habita lo ha bautizado como una especie paraguas, una especie que se selecciona como enfoque en toma de decisiones de conservación porque la protección de este animal influye de manera indirecta la conservación de otras especies en su ecosistema. De esta manera, los esfuerzos por proteger a este animal en peligro de extinción se extiende a todo su hábitat, apoyando así a la protección de animales como alces y jabalís, y promoviendo regulaciones y limitaciones a la tala de árboles en la taiga.
Via The Little Owl Site. |
¿Quién controla a los superpredadores?
Ahora queda claro que el superpredador es esencial para el balance de todo su ecosistema. Ellos regulan la población de sus presas, pero... ¿quién regula la población de los superpredadores? Bajo nuestro instinto de alarma, los humanos no podemos evitar pensar que el superpredador es peligroso y creemos que debemos formar el nivel más alto de la red trófica y mantener a los superpredadores al margen. Nos cuesta entender que la tierra no necesita intervención para encontrar su balance natural. Los superpredadores suelen ser animales grandes (en relación a su ecosistema) con periodos largos de gestación. Esto quiere decir que tardan más en reproducirse que el resto de su cadena alimenticia. Un oso pardo consume cientos y cientos de salmones jóvenes que jamás lograrán reproducirse. Sin embargo, mientras que un salmón engendra miles de huevos con una sola gestación, el oso procreará a máximo 10 lobeznos en su vida. Debido a su lento ciclo de vida, la población de superpredadores siempre será proporcional a la de sus presas.
Ahora queda claro que el superpredador es esencial para el balance de todo su ecosistema. Ellos regulan la población de sus presas, pero... ¿quién regula la población de los superpredadores? Bajo nuestro instinto de alarma, los humanos no podemos evitar pensar que el superpredador es peligroso y creemos que debemos formar el nivel más alto de la red trófica y mantener a los superpredadores al margen. Nos cuesta entender que la tierra no necesita intervención para encontrar su balance natural. Los superpredadores suelen ser animales grandes (en relación a su ecosistema) con periodos largos de gestación. Esto quiere decir que tardan más en reproducirse que el resto de su cadena alimenticia. Un oso pardo consume cientos y cientos de salmones jóvenes que jamás lograrán reproducirse. Sin embargo, mientras que un salmón engendra miles de huevos con una sola gestación, el oso procreará a máximo 10 lobeznos en su vida. Debido a su lento ciclo de vida, la población de superpredadores siempre será proporcional a la de sus presas.
Más relevante incluso es el hecho de los humanos competimos con los superpredadores por comida. Creyendo que los superpredadores son máquinas asesinas sin otro instinto más que el de matanza, los humanos hemos tratado de preservar nuestras fuentes de sustento desde una postura ofensiva, atacamos sin provocación y buscamos tomar el lugar del agresor en la red trófica sin considerar que no estamos en un nivel superior, sino paralelo. Somos una especie de superpredador no sustentable. Otros superpredadores cazan por instinto de supervivencia, solo cazando cuando es necesario; los humanos cazamos por deporte y por interés.
¿Y si en vez de atacar al lobo, protegemos al rebaño?
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